"OrtoGrafiaMagica"

 



 



Nombre: Neyzer Antonio Chi Che

Teléfono: 9971169115

Correo: neyzerantonioc@gmail.com

Materia: Ortografía

Docente de la materia: Laura Nallely Pech Golpe

Universidad: Universidad Interamericana Para El Desarrollo

Fecha: 04/12/2023




Propósito del Blog:

El blog tiene como objetivo principal ofrecer una plataforma dinámica para compartir conocimientos y reflexiones relacionadas con la asignatura de Ortografía. Busca crear un espacio interactivo donde los estudiantes puedan explorar, discutir y profundizar en los aspectos fundamentales de la ortografía, promoviendo así un aprendizaje colaborativo y significativo.



Beneficios Personales de Cursar la Asignatura:

Cursar Ortografía no solo fortalece las habilidades lingüísticas, sino que también contribuye al desarrollo personal. Mejorar la ortografía aumenta la autoconfianza en la comunicación escrita, proporciona una base sólida para expresarse con claridad y facilita la comprensión de textos variados.








Beneficios Profesionales de Cursar la Asignatura:








En el ámbito profesional, la competencia ortográfica es esencial. La corrección en la escritura potencia la imagen del individuo en el entorno laboral, aumentando la efectividad en la redacción de informes, correos electrónicos y cualquier documento profesional. Además, demuestra un compromiso con la excelencia comunicativa, una habilidad altamente valorada en diversos campos laborales.
les adjunto un enlace para el curso de ortografía y redacción.



Actividad Final de Aprendizaje:

La actividad final de aprendizaje tiene como propósito integrar los conocimientos adquiridos durante el curso. Al realizarla, los estudiantes consolidan sus habilidades ortográficas, aplican conceptos clave y demuestran su capacidad para comunicarse de manera precisa y efectiva por escrito. Esta actividad no solo evalúa el dominio de la ortografía, sino también la capacidad de aplicar estos conocimientos en contextos prácticos, preparando a los estudiantes para enfrentar desafíos reales en su futuro académico y profesional.


Cuadro comparativo

Parte de la oración

¿En qué consiste?

Función Principal

Sustantivo

Son palabras que representan personas, lugares, o cosas.

Funciona como sujetos, objetos o complementos.

Adjetivos

Son palabras que describen o califican sustantivos.

Modifican sustantivos, indicando características.

Adverbios

Son palabras que modifican verbos, adjetivos u otros adverbios.

Indican como, cuando, donde o en qué medida ocurre algo.

Preposiciones

Son palabras que establecen relaciones entre elementos de la oración.

Conectan palabras y expresan ubicación o dirección.

Conjugaciones

Generalmente para indicar el tiempo, la persona, el número, y el modo del verbo.

Une palabras, frases o cláusulas dentro de una oración.

Pronombres

Son palabras que reemplazan a los sustantivos.

Evitan la repetición de sustantivos y hacen la oración más fluida.

Verbos

Son palabras que expresan acción, estado o proceso.

Indican lo que alguien hace, es o experimenta.



20 ejemplos de lo siguiente

Rojo: Sustantivos.

Azul: Adjetivos.

Verde: Adverbios.

Morado: Preposiciones.

Rosado: Conjunciones.

Naranja: Pronombres.

Café: Verbos.

Mostaza: Uso correcto de la “B”, “V”, “LL” y “S”, “C”, “Z” y “H”.


Texto 1.

Obra literaria: El almohadón de plumas.

Autor: Horacio Quiroga.


Su luna de miel fue un largo escalofrío. Rubiaangelical y tímida, el carácter de su marido heló sus soñadas niñerías de novia. Ella lo quería mucho, sin embargo, aunque a veces con un ligero estremecimiento cuando volviendo de noche juntos por la calle, echaba una furtiva mirada a la alta estatura de Jordán, mudo desde hacía una hora. Élpor su parte, la amaba profundamente, sin darlo a conocer.

Durante tres meses —se habían casado en abril—, vivieron una dicha especial. Sin duda hubiera ella deseado menos severidad en ese rígido cielo de amor; más expansiva e incauta ternura; pero el impasible semblante de su marido la contenía siempre.

La casa en que vivían influía no poco en sus estremecimientos. La blancura del patio silencioso —frisos, columnas y estatuas de mármol— producía una otoñal impresión de palacio encantado. Dentro, el brillo glacial del estuco, sin el más leve rasguño en las altas paredes, afirmaba aquella sensación de desapacible frío. Al cruzar de una pieza a otra, los pasos hallaban eco en toda la casa, como si un largo abandono hubiera sensibilizado su resonancia.

En ese extraño nido de amor, Alicia pasó todo el otoño. Había concluido, no obstante, por echar un velo sobre sus antiguos sueños, y aún vivía dormida en la casa hostil, sin querer pensar en nada hasta que llegaba su marido.

No es raro que adelgazara. Tuvo un ligero ataque de influenza que se arrastró insidiosamente días y días; Alicia no se reponía nunca. Al fin una tarde pudo salir al jardín apoyada en el brazo de su marido. Miraba indiferente a uno y otro lado. De pronto Jordán, con honda ternura, le pasó muy lento la mano por la cabezay Alicia rompió en seguida en sollozos, echándole los brazos al cuelloLloró largamente todo su espanto callado, redoblando el llanto a la más leve caricia de Jordán. Luego los sollozos fueron retardándose, y aún quedó largo rato escondida en su cuello, sin moverse ni pronunciar palabra.

Fue ese último día que Alicia estuvo levantada. Al día siguiente amaneció desvanecida. El médico de Jordán la examinó con suma atención, ordenándole calma y descanso absoluto.

—No sé —le dijo a Jordán en la puerta de calle—. Tiene una gran debilidad que no me explico. Y sin vómitos, nada… si mañana se despierta como hoyllámeme en seguida.

Al día siguiente Alicia amanecía peor. Hubo consulta. Constatóse una anemia de marcha agudísima, completamente inexplicable. Alicia no tuvo más desmayos, pero se iba visiblemente a la muerte. Todo el día el dormitorio estaba con las luces prendidas en pleno silencio. Pasábanse horas sin que se oyera el menor ruido. Alicia dormitaba. Jordán vivía casi en la sala, también con toda la luz encendida. Paseábase sin cesar de un extremo a otro, con incansable obstinación. La alfombra ahogaba sus pasos. A ratos entraba en el dormitorio y proseguía su mudo vaivén a lo largo de la camadeteniéndose un instante en cada extremo a mirar a su mujer.

Pronto Alicia comenzó tener alucinaciones, confusas y flotantes al principio, y que descendieron luego a ras de suelo. La joven, con los ojos desmesuradamente abiertos, no hacía sino mirar la alfombra a uno y otro lado del respaldo de la cama. Una noche quedó de repente con los ojos fijos. Al rato abrió la boca para gritar, sus narices y labios se perlaron de sudor.

-¡Jordán! ¡Jordán! —clamórígida de espanto, sin dejar de mirar la alfombra.

Jordán corrió al dormitorio, y al verlo aparecer Alicia lanzó un alarido de horror.

—¡Soy yoAliciasoy yo!

Alicia lo miró con extravío, miró la alfombra, volvió a mirarlo, y después de largo rato de estupefacta confrontación, volvió en sí. Sonrió y tomó entre las suyas la mano de su marido, acariciándola por media hora temblando.

Entre sus alucinaciones más porfiadas, hubo un antropoide apoyado en la alfombra sobre los dedos, que tenía fijos en ella los ojos.

Los médicos volvieron inútilmente. Había allí delante de ellos una vida que se acababa, desangrándose día a día, hora a hora, sin saber absolutamente cómo. En la última consulta Alicia yacía en estupor mientras ellos la pulsaban, pasándose de uno a otro la muñeca inerte. La observaron largo rato en silencio, y siguieron al comedor.

—Pst… —se encogió de hombros desalentado el médico de cabecera. —Es un caso inexplicable... Poco hay que hacer…

—¡Solo eso me faltaba! — resopló Jordán. tamborileó bruscamente la mesa.

Alicia fue extinguiéndose en subdelirio de anemia, agravado de tarde, pero que remitía siempre en las primeras horas. Durante el día no avanzaba su enfermedad, pero cada mañana amanecía lívida, en síncope casi. Parecía que únicamente de noche se le fuera la vida en nuevas oleadas de sangre. Tenía siempre al despertar la sensación de estar desplomada en la cama con un millón de kilos encima. Desde el tercer día este hundimiento no la abandonó más. Apenas podía mover la cabeza. No quiso que le tocaran la cama, ni aun que le arreglaran el almohadón. Sus terrores crepusculares avanzaban ahora en forma de monstruos que se arrastraban hasta la camay trepaban dificultosamente por la colcha.

Perdió luego el conocimiento. Los dos días finales deliró sin cesar a media voz. Las luces continuaban fúnebremente encendidas en el dormitorio y la salaEn el silencio agónico de la casa no se oía más que el delirio monótono que salía de la camay el sordo retumbo de los eternos pasos de Jordán.

Alicia murió, por fin. La sirvienta, cuando entró después de deshacer la cama, sola ya, miró un rato extrañada el almohadón.

—¡Señor! —llamó a Jordán en voz baja—. En el almohadón hay manchas que parecen de sangre.

Jordán se acercó rápidamente y se dobló sobre aquél. Efectivamentesobre la funda, a ambos lados del hueco que había dejado la cabeza de Alicia, se veían manchitas oscuras.

—Parecen picaduras —murmuró la sirvienta después de un rato de inmóvil observación.

Levántalo a la luz —le dijo Jordán.

La sirvienta lo levantó; pero enseguida la dejó caer, y se quedó mirando a aquél, lívida y temblandoSin saber por qué, Jordán sintió que los cabellos se le erizaban.

—¿Qué hay? —murmuró con la voz ronca.

Pesa mucho —articuló la sirvienta, sin dejar de temblar.

Jordán lo levantó; pesaba extraordinariamente. Salieron con ély sobre la mesa del comedor Jordán cortó funda y envoltura de un tajo. Las plumas superiores volarony la sirvienta dio un grito de horror con toda la boca abierta, llevándose las manos crispadas a los bandós: —sobre el fondo, entre las plumasmoviendo lentamente las patas velludashabía un animal monstruoso, una bola viviente viscosa. Estaba tan hinchado que apenas se le pronunciaba la boca.

Noche a noche, desde que Alicia había caído en cama, había aplicado sigilosamente su boca —su trompa, mejor dicho— a las sienes de aquélla, chupándole la sangre. La picadura era casi imperceptible. La remoción diaria del almohadón sin duda había impedido al principio su desarrollo; pero desde que la joven no pudo moverse, la succión fue vertiginosa. En cinco días, en cinco noches, había el monstruo vaciado a Alicia.

Estos parásitos de las avesdiminutos en el medio habitual, llegan a adquirir en ciertas situaciones proporciones enormes. La sangre humana parece serles particularmente favorabley no es raro hallarlos en los almohadones de pluma


Signos de puntuación:

Los signos de puntuación desempeñan un papel fundamental en la escritura al proporcionar una estructura lógica y coherente a las oraciones. Uno de los signos más básicos es el punto, que indica el final de una oración completa. Por ejemplo:

- Oración Simple:  El sol brilla con intensidad.

 

La coma, otro signo esencial, se utiliza para separar elementos dentro de una oración. Puede ser empleada en listas o para delimitar cláusulas. Aquí tienes un ejemplo:

- Lista:  Tengo que comprar manzanas, plátanos, y uvas.

- Cláusulas:  Después de estudiar, salimos a pasear.

 

El punto y coma combina características del punto y de la coma, siendo útil para separar cláusulas relacionadas o elementos en una lista más compleja:

- Cláusulas relacionadas:  Me gusta viajar; mi hermana prefiere quedarse en casa.

- Lista compleja:  Organizaré una reunión con Juan, el diseñador; María, la gerente; y Pablo, el desarrollador.

 

Los dos puntos se utilizan para introducir una lista, explicar algo en detalle o indicar una relación de causa y efecto:

- Introducción de lista:  Necesito varios ingredientes para la receta: harina, huevos y leche.

- Explicación en detalle:  El motivo es simple: queremos mejorar la eficiencia.

 

Los puntos suspensivos sugieren una interrupción o elipsis en el discurso, dejando algo implícito:

- Suspensión:  No sé qué decir...

 

Los paréntesis añaden información adicional o aclaraciones:

- Información adicional:  Mi hermana (quien vive en París) vendrá de visita.

- Aclaración:  El proyecto (como discutimos anteriormente) está en marcha.

 

Los corchetes se utilizan para añadir aclaraciones o correcciones dentro de una cita:

- Aclaración:  "Ella [la profesora] explicó la lección con claridad."

 

Las comillas delimitan el discurso directo o indican términos específicos:

- Discurso directo:  Juan exclamó: "¡Estoy emocionado!"

- Términos específicos:  El "software" debe actualizarse regularmente.

 

Los guiones enlazan palabras relacionadas o dividen la información en partes:

- Palabras relacionadas:  Este es un problema socio-económico.

- División de información:  El río —majestuoso y serpenteante— atraviesa el valle.

 

El guion largo señala un cambio brusco en el discurso o introduce una aclaración importante:

- Cambio brusco:  El bosque era oscuro —de repente, se escuchó un ruido extraño.

- Aclaración:  El presidente —según las últimas noticias— planea renunciar.

 

La interrogación y la exclamación indican preguntas o exclamaciones, respectivamente:

- Interrogación: ¿Cómo llegaste tan tarde?

- Exclamación: ¡Qué sorpresa verte aquí!

 

La barra diagonal o diagonal inversa se utiliza para separar opciones o indicar un cambio en el texto:

- Separación de opciones:  Puedes elegir estudiar Medicina/Veterinaria.

- Cambio en el texto:  Utilizó un lenguaje poético/figurado.

 

En resumen, estos signos de puntuación son herramientas esenciales que dotan a la escritura de claridad y cohesión, permitiendo a los lectores comprender el significado de manera más efectiva.

Texto 2

Sangre de campeón

 Punto y seguido: rojo

Punto y aparte: Amarrillo

Coma: verde

 

El perro chilló y me soltó. Hubo exclamaciones de enojo. Lobelo protestó:

 - ¿Qué haces? ¡Vas a lastimar a mi mascota!

Volví a golpear al perro con la silla y entonces la fiera se olvidó del juego que le habían enseñado y se abalanzó a mi caraInterpuse el brazo y me encogí. Comenzó a morderme todo el cuerpo. Sentí sus colmillos penetrar en mi costado, mis piernas, mi espalda, mi oreja...

- ¡Sepárenlo! ¡Lo va a matar!

Al fin lo apartaron

Me quedé tirado en el rincón.

Tenía la ropa desgarrada y varias heridas profundas. Estaba temblando de miedo y llorando de dolor. Dos muchachitas me llevaron a un sillón de la casa

- ¡Pobrecito! -murmuró una de ellas -, ¿te sientes bien? Antes de que llegaras, estuvieron jugando con el perro. Hubo varios voluntarios. Fue divertido, pero contigo las cosas se salieron de control... Pobrecito... Voy por medicina.

Me senté en el sillón y sentí que me desmayaba. A los pocos minutos volvió.

-Necesitas desvestirte. Para lavarte y ponerte desinfectante.

¡Yo me voy! -dijo la otra chica -. Te quedas con él

- ¡Nada de eso! Felipe, desvístete solo y entra al baño a curarte tú mismo. Aquí están las medicinas.

Caminé abriendo las piernas, lleno de vergüenza. Entré al sanitario. Me quité el pantalón lo lavé, lo exprimí y lo froté con una toalla. Las heridas me lastimaban el cuerpo, pero el pantalón orinado me lastimaba el amor propio

Y ahora, ¿cómo iba a salir del sanitario?

Bajé la tapa del excusado y me senté para contemplar mi piel hecha trizas. Después, toqué mi oreja y observé el líquido rojo que me manchaba la mano. Sentí ganas de vomitar.

¿Qué me pasaba? Eso no era normal. Volví a fijar la vista en la sangre. Descubrí cientos de bolitas moviéndose de forma temblorosa, como si mi visión pudiera penetrar en los intrincados secretos de ese líquido rojo.

Recordé las clases de Ciencias Naturales. Me habían explicado que la sangre transporta oxígeno y nutrientes para llevarlos a cada célula, también me habían hablado de los defensores que habitan en ella y cuidan al cuerpo.

Me dejé ir por un rato como adormecido. Entonces comencé a tener una especie de pesadilla más definida: Las ruedas en la sangre formaron la figura de algunos soldados flacos, adormilados y enfermos. Parecían los tristes esclavos de una guerra perdida. Era lógico pensar que a los pobres no les habían dado de comer en varios días. También distinguí la imagen de varias bestias infernales, musculosas, fuertes y de aspecto feroz. Sin duda, se habían alimentado muy bien últimamente. De pronto, ambos grupos comenzaron a pelear. Fue una lucha brutal y desigual. Los monstruos despedazaron a los débiles soldados.

Salté lleno de miedo.

¿Qué me pasa? ¿Por qué veo esas terribles cosas? En la sangre de mi hermano distinguí los mismos monstruos y soldados.

Entonces no pude comprender el significado de mis alucinaciones, pero hoy sé que todos poseemos seres internos que nos dominan. Cuando un niño tiene conducta o pensamientos negativos, alimenta a los poderes del mal. Cuando, por el contrario, piensa o hace cosas buenas, vigoriza a sus defensores. En mi caso, los monstruos eran más fuertes y habían dominado a los soldados. Podía sentirlo, porque me invadían el coraje, la tristeza, el rencor, el odio, y el temor.

Hice un esfuerzo, terminé de lavarme y coloqué antiséptico en mis heridas. Después, me puse el pantalón húmedo para salir del baño dispuesto a correr hasta la calle

En el garaje habían puesto música y algunos muchachos bailaban. Lobelo se me interpuso

-Perdóname brother. Nunca creí que el perro te atacara de a de veras. Olvidemos los malos ratos y terminemos el día en paz. Ven.

Me abrazó por la espalda y me condujo hasta una mesa en la que varios muchachos contaban chistes. Me recibieron con amabilidad. Todos estaban un poco apenados por lo que me había pasado. Me ofrecieron una deliciosa bebida dulce. A los primeros tragos, sentí que mi cuerpo se revitalizaba.

Sabía que debía alejarme de ahí, pero me faltaba carácter. Estaba muy mareado.

Algunos de mis compañeros de doce y trece años fumaban. En el centro del rectángulo dos muchachas interpretaban un baile sexy. Después, una chica me sacó a bailar y yo acepté. Me ofreció un cigarrillo e intenté fumar. No pude. Seguí tomando la bebida dulce que todos tomaban.

En pleno baile, perdí el equilibrio y caí al suelo.

Oí que alguien dijo:

Felipe está borracho.

No recuerdo qué pasó después. Me llevaron a mi casa a medianoche. Hallaron la llave de la puerta en mi pantalón y me dejaron tirado en la sala. Tuve pesadillas: Soñé que tenía como mascota un perrito blanco que me acompañaba a todas partes; pero estaba flaco y enfermo. Íbamos caminando por la calle, cuando apareció Lobero frente a mí. Llevaba a su enorme perro

Negro. Mi esquelético cachorro trató de defenderme, pero la fiera negra lo descuartizó y se abalanzó hacia mí para atacarme.

Desperté bañado en sudor. Apreté un botón de mi reloj de pulsera y la lucecita azul me dejó ver la hora: La una y media de la mañana. Las heridas me dolían. Me puse de pie y vi la figura de un hombre.

El intruso se acercó a mí. Era mi padre.



De igual manera una infografía sobre la silaba tónica


A continuación les dejo el enlace de un video sobre la importancia de la ortografía.


Referencias:

El almohadón de pluma es un cuento del escritor uruguayo Horacio Quiroga (1878-1937), publicado en el libro Cuentos de amor de locura y de muerte en 1917

Sangre de campeón. - Autor: Carlos Cuauhtemoc Sánchez. - Editorial: ediciones selectas diamante. - Año de publicación: 07/05/2001.

https://youtu.be/jo3Ox5y7b6Q?si=D9NO6Tsrf-Q9P2ij




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